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Edimburgo

Si tuviese que definir a Edimburgo en dos palabras serían 'Impresionante arquitectura'.

El centro de la ciudad está clasificado como patrimonio de la humanidad por la UNESCO. La ciudad antigua dominada por una fortaleza medieval, y la ciudad nueva, construida en estilo neoclásico a partir del siglo XVIII, emanan misterio e intriga. 

Vamos a descurbrirla.

Día 1

Tras despertar en una habitación rodeada de 17 personas (es lo que hay cuando quieres viajar barato) el aire fresco de la mañana de Edimburgo me despeja, y la vista a lo lejos del Castillo de Edimburgo ya termina de abrir mis ojos.

Visita obligatoria, y como tal llena de turistas, El castillo de Edimburgo es una antigua fortaleza erigida sobre una roca de origen volcánico ubicada en el centro de la ciudad.

A parte de estar lleno de puntos de interés y con una gran historia, ofrece una vista panorámica de la ciudad.

Después de un par de horas descubriendo el castillo, bajo por la Royal Mile, repleta de gente, de edificios históricos, iglesias, bares y 'closes' (estrechos callejones que te dirigen a patios interiores). Uno muy conocido es el Old Fishmarket Close, donde empieza el tour de los fantasmas, para los amantes del misterio.

La iglesia Highland Tolbooth Kirk de 74 metros y la bonita Catedral de St Giles merecen una parada, mientras un gaitero hace mi experiencia más escocesa.

Si sigues toda la calle hasta el cruce con la calle George IV Bridge, te llevará a la Victoria Street, una de las más famosas de la 'old town' que además de ser llamativa por su arquitectura, sus dos niveles y sus colores, lo es también por la saga de Harry Potter.

¿No te suenan de algo las fachadas de colores de las mil y una tiendas? Dicen que Rowling inspiró el Callejón Diagon, donde los magos acuden a aprovisionarse de todo el material necesario, en esta calle.

Una cosa que llamó mucho mi atención, como buena fan de la saga, es que hay una tienda de productos de broma como la de los gemelos Weasley, llamado Aha Ha Ha.

Además, en los últimos años en Victoria Street han abierto varias tiendas dedicadas a Harry Potter. 

Un sueño de calle para los fans!

Depués del momento fan, me siento en una de las terrazas a disfrutar de una cerveza, porque hoy, a pesar de la fama de oscurida de la ciudad, el sol brilla.

Sigo hacia el cementerio Greyfriars, donde se encuentra la tumba del perro Bobby (el perro que no se movió del lado de la tumba de su amo hasta el final de su vida) y la de Lord Voldemort, famoso por los libros de Harry Potter. Además de ser conocido por dichos personajes, es un lugar muy bonito, pues parece más un jardín que un cementerio.

 

Volviendo a la Royal Mile, la recorro hasta el final donde está el Palacio de Holyrood. Yo decido no entrar pero camino alrededor disfrutando de su fachada y vislumbro en la parte trasera la abadía Holyrood desde un amplio y vacío campo.

Día 2

Me levanto temprano para disfrutar de la soledad de Dean Village, uno de los rincones mágicos de la ciudad, situado a orillas del río Water of Leith.

Camina por sus calles antiguas, cruza sus puentes de piedra, y déjate llevar ría abajo.

Tras disfrutar de una escapada de la ciudad, dentro de la ciudad, me dirijo a The Meadows park, un parque que en ésta época del año no puedes dejar de visitar y dejarte maravillar por su verdoso césped teñido de pequeñas hojas blancas y rosadas de los cerezos en flor. 

El tiempo se detiene con un picnic que sabe a verde y rosa!

Por la tarde voy a ver el monumento Scott, una construcción de estilo gótico que se erigió en honor al escritor escocés Sir Walter Scott, para seguir paseando por el Princess Street Gardens, un parque muy bien cuidado con unas vistas privilegiadas del castillo.

Termino el día subiendo a la colina de Calton Hill para disfrutar de un atardecer con vistas de la ciudad.

Espero que estos dos cortos pero intensos días te hayan hecho disfrutar de una ciudad que sin duda volveré a visitar.

Por cierto! no olvides tomarte un buen Whisky escocés.

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